Mezcla la harina y la sal en un bowl grande.
Haz un hoyo al centro y pon el resto de los ingredientes ahí.
Empieza a mezclar desde el centro, incorporando poco a poco los ingredientes secos. Puedes usar una espátula o tu mano. Cuando la espátula ya no te ayude, termina de mezclar con tus manos. Alternativamente pon todo en una procesadora de alimentos y procesa hasta que tengas una masa homogénea. Si al amasar notas que la masa está muy seca, humedece tus manos y sigue mezclando. Si sientes que esta muy húmeda espolvorea harina sobre la superficie.
Envuelve la masa en un envoltorio con cera de abeja o en film plástico y llévala a la refrigeradora por 30min o hasta 24h.
Divide la masa en 6 y estira una sección a la vez, manteniendo las otras cubiertas mientras trabajas para que no se sequen.
Haz un rollito con la masa y luego corta el rollito en pequeñas porciones.
Haz una bolita de cada porción. Pon una bolita sobre una superficie no enharinada o muy poco enharinada (solo si tu masa está muy pegajosa) y usa un cuchillo sin filo ni dientes para aplastar y jalar la masa ejerciendo presión de manera que se enrolle. El ángulo del cuchillo respecto a la superficie debe ser muy ligero, el cuchillo se debería ver casi plano.
Dale la vuelta a esta masa enrollada y te va a quedar como un sombrerito. Te recomiendo que veas el video líneas arriba para que veas cómo lo hago.
Pon a secar la masa: ayuda que sea sobre una rejilla para que pueda tener aire por arriba y abajo. Te va a tomar entre 1 y 2 horas que se seque por completo.
Para congelar la pasta en este punto, ponla sobre una bandeja que entre en tu congeladora con papel mantequilla. Espárcelos de manera que no se toquen. Puedes hacer varias capas de papel una sobre otra. Congélalos toda la noche y a la mañana siguiente ya los puedes pasar a un contenedor sellado para seguir congelándolos.