Prepara un baño maría agregando un poco de agua a una olla pequeña y poniendo un bowl encima. Asegúrate que el agua no toque la base del bowl. Pon la olla a fuego medio hasta que rompa hervor.
Mientras hierve el agua, retira el bowl y pon las yemas y azúcar adentro.
Pon el bowl sobre la olla nuevamente, baja el fuego a bajo y bate con un batidor de mano constantemente hasta que la mezcla se ponga clara y espesa, y llegue a punto cinta igual que el bizcocho. Es parecido a lo que hacemos en la salsa holandesa. Ten cuidado que la temperatura no aumente mucho para que no se haga huevo revuelto. Si sientes que se está calentando mucho, retíralo del baño maría y bate rápidamente. Si tu mezcla aún tiene gránulos de azúcar cuando haz terminado, no te preocupes, es normal y luego desaparecen al refrigerar. Retira la mezcla del bowl y pásala a otro bowl para que se enfríe más rápidamente. Espera a que se enfríe totalmente antes de seguir (es importante), debería tomar unos 10 minutos en enfriar.
Bate la crema y mascarpone a velocidad baja inicialmente para que se incorporen. Cuando esto haya sucedido, aumenta la velocidad a media y bate hasta que se haya espesado. Ten cuidado que no se corte, no dejes de vigilarlo.
Agrega aproximadamente 1/4 del mascarpone a las yemas y mézclalas d manera envolvente. Agrega esta mezcla al mascarpone y mezcla todo con movimientos envolventes.
Vierte la mezcla de mascarpone sobre el tres leches de café.
Espolvorea con cacao en polvo y refrigera el postre por lo menos 8 horas, idealmente 24 horas.
Corta el postre en 6 y sirve con una espátula.