Asegúrate que adentro del pollo, en la cavidad, no estén los interiores en una bolsa de plástico. También corta el pescuezo y cola si aún los tiene.
En un bowl, mezcla la mantequilla con el resto de los ingredientes.
Seca el pollo con papel absorbente por todos lados.
Con tus manos y con cuidado, separa la piel de la pechuga y de las patas hasta donde lleguen tus manos.
Embadurna el pollo con la mantequilla por debajo de la piel, encima de la piel y por dentro de la cavidad también.
Si tienes tiempo, déjalo marinar toda la noche refrigerado. De lo contrario, vamos directo al horno.
Hornea el pollo sobre una fuente de horno onda a 180°C/350°F por aproximadamente 1 hora o hasta que el interior en varias partes haya llegado a 73°C/164°F. Además, si levantas el pollo debería botar líquido transparente, no rosado. Báñalo cada 15 minutos con sus jugos. Si en cualquier momento alguna parte se vuelve muy oscura, puedes cubrirla con papel aluminio.
Retíralo y sácalo de la fuente donde estaba, deja que descanse 15min antes de cortarlo.