Con un batidor de mano, bate la mantequilla, sal y azúcar hasta que tenga una consistencia cremosa.
Agrega el huevo y mézclalo hasta que se incorpore por completo.
Agrega la vainilla y las especias y mezcla nuevamente.
Agrega la harina y los polvos de hornear y mezcla con una espátula. Cuando no te ayude más, termina de mezclar con tus manos.
Cubre la masa y deja que descanse por 30 minutos en la refrigeradora.
Si la masa pasó más de 30 minutos en la refrigeradora, es posible que tengas que esperar algunos minutos para que se suavice un poco y evitar que se quiebre al estirar. Estira la masa hasta que tenga de 2-3mm de grosor sobre una superficie enharinada. Usa cortadores para cortar las galletas.
Usa una espátula metálica delgada para levantar las galletas de la superficie.
Pon las galletas sobre una bandeja para horno antiadherente. Si no es antiadherente, ponle papel para hornear o silpat encima.
Hornea las galletas a 180°C / 350°F por 8-12 minutos o hasta que estén ligeramente doradas.
Deja que se enfríen totalmente antes de decorarlas o el glaseado se va a derretir.