En una sartén forma una capa delgada de azúcar y ponla a temperatura media. A medida que se va derritiendo en ciertos puntos vas cubriéndolos con más azúcar nuevamente en una capa finita. Continúa haciendo esto hasta que hayas usado todo el azúcar de la receta.
Deja que se ponga de un color dorado pálido y no uses utensilios para mezclar en este punto. Solo usa el mango de la sartén para girarla y que se mezcle si crees que es necesario. Voilá! Ya hiciste caramelo directo :)
Una vez que esté dorado agrega la crema de leche y sal y mezcla vigorosamente con un batidor de mano. Ten mucho cuidado en este punto porque está muy caliente y van a salir muchas burbujas.
Retira la salsa de la sartén, agrega la mantequilla y mezcla. Deja que se enfríe por completo.
Si se espesa demasiado al enfriarse, puedes calentarlo y agregar un poco de agua hervida para ajustar el espesor.