En un bowl, mezcla la leche condensada y el yogurt con una espátula.
Aparte, bate la crema hasta que esté espumosa y suave. Toma 2-3 minutos, no te vayas del lado de la batidora o se te puede cortar!
Agrega ⅓ de la crema batida a la condensada con yogurt y mézclala hasta que esté homogéneo.
Agrega el resto de la crema batida e incorpórala con la espátula usando movimientos envolventes.
Agrega ⅔ de los frutos rojos a la crema, pero hazlo con una cucharita en distintos puntos de la crema para que no quede todo junto.
Dale una mezclada rápida con movimientos envolventes. Puedes mezclarlo por completo o como yo dejarlo a medio mezclar.
Vierte la mezcla dentro de un contenedor apto para congelar y encima pon más cucharaditas de frutos rojos con lo que quedaba reservado. Con un palito o cuchillo, marmolea los frutos rojos yendo de adelante hacia atrás y de lado a lado.
Congélalo toda la noche o por lo menos 8 horas. Antes de servir, retíralo unos minutos para que no esté tan duro.