Mezcla la mantequilla, azúcar en polvo, sal y vainilla usando una batidora eléctrica o un batidor de mano. Se debería ver suave y uniforme. Recuerda usar una espátula para raspar los bordes y base del bowl cada par de minutos si estás usando una batidora de pedestal.
Agrega la harina e incorpórala usando una espátula.
Estira la entre dos capas de papel para hornear hasta que tenga 5mm de grosor. Enfría la masa por 1-2 horas o hasta que esté firme.
Retira la masa de la refrigeradora y corta las galletas en rectángulos de 2x5cm Pon las galletas sobre una bandeja de horno con papel para hornear o un mat de silicona. Con un palito de anticucho, hazle pequeños huequitos en la superficie a las galletas. Espolvoréalas con azúcar granulada.
Hornéalas en un horno precalentado a 180℃/350℉ por 12-15 minutos o hasta que estén muy ligeramente doradas.