Amo las rosquitas de anís con todas mis fuerzas. No solo son crocantes y deliciosas sino que además amo cómo se ven. La cantidad de anís es la perfecta para que no se sienta como morder popurrí. Las semillas de sésamo/ajonjolí son perfectas para terminarlas también. En verdad que los sabores que tienen son increíbles.
Amo las rosquitas de anís con todas mis fuerzas. No solo son crocantes y deliciosas sino que además amo cómo se ven. La cantidad de anís es la perfecta para que no se sienta como morder popurrí.
300gharina sin polvos de hornear / harina sin preparar
80gazúcar
1cdta sal
180gmantequilla sin salfría y picada en cubos
Para terminar
1yema de huevo
1cdtaagua
2cdasemillas de sésamo/ajonjolí
Elaboración paso a paso
Para la masa
Abre bolsas de anís Supremo para retirar las semillas hasta tener una cucharada. Agrégalas a un bowl pequeño.
Agrega el agua hirviendo y déjalo reposar hasta que enfríe por completo.
En un bowl grande pon la harina, azúcar y sal y mezcla.
Agrega la mantequilla a los ingredientes secos y mezcla. Con tus dedos, pellizca la mantequilla con los ingredientes secos hasta que no queden trozos grandes de mantequilla.
Agrega el agua del anís así como las semillas. Mezcla para incorporar. Envuelve la masa y refrigérala por 30 minutos.
Corta la masa en porciones pequeñas. Estira cada una y luego divídela en dos. Enrolla ambos pedazos de masa y ciérralo en un círculo. Pon las galletas sobre una bandeja para horno con papel para hornear o mat de siliciona.
Pinta las galletitas con la mezcla de yema y agua y rocía con semillas de sésamo/ajonjolí.
Hornea las galletas por 15-20 minutos a 180℃/350℉ o hasta que estén doradas.